A sus 27 años, la vida de Javier se encuentra en una encrucijada desgarradora. Su madre, Marta, quien nunca ha trabajado, espera que él la mantenga, mientras Javier lucha por construir su propio futuro al lado de la mujer que ama, Lucía. Para él, Lucía representa su mundo entero, pero su madre se niega a entenderlo.
Marta vive en un piso que heredó tras su divorcio de Juan. Ella lo alquila, y ese ingreso es su única fuente de subsistencia. Por otro lado, Javier se esfuerza constantemente, dedicando largas horas para asegurar un futuro estable. Ahora que ansía casarse y formar una familia, su madre le impone cada vez más obstáculos.
Lucía y Javier se conocieron en la universidad. Desde el primer instante, Javier supo que ella era la indicada. Ambicionan formar una familia, pero Marta no acepta esa idea. Le dice a su hijo que son demasiado jóvenes, que deberían esperar. Sin embargo, ambos saben que su amor es lo suficientemente sólido para sobrepasar cualquier barrera.
“Marta siempre dice que no tiene dinero, que no puede conseguir trabajo”, reflexiona Javier. “Pero yo sé que puede intentarlo. Ella entiende que el alquiler es su único ingreso, pero se niega a comprender que yo también debo pensar en mi futuro. Quiero que Lucía y yo tengamos nuestro propio hogar donde construir nuestra vida juntos.”
Marta se ha sacrificado toda su vida, criando a Javier sola tras el divorcio de un padre que fue un adicto. Se esforzó al máximo para brindarle un mejor futuro, pero ahora, que Javier desea tomar sus propias decisiones, se convierte en un obstáculo. “Ella dice que no piensa en mí, pero es ella quien no puede ver que debo seguir mi propio camino.”
Javier y Lucía han presentado su solicitud de matrimonio. Desearían que su vida en común se convierta en una realidad, pero Marta se opone rotundamente. “Ella dice que no puede mantenerse a sí misma”, relata Javier con un nudo en la garganta, “pero sé que es más fuerte de lo que cree. Quiero que comprenda que debo seguir a mi corazón y que Lucía es mi todo.”
Javier se siente desgarrado entre el amor hacia su madre y el amor por Lucía. Ambas mujeres ocupan un lugar importante en su vida, pero su madre parece incapaz de entenderlo. Debe elegir entre la lealtad hacia ella y la devoción a Lucía, un dilema que transformará su existencia para siempre.
Lucía, llegada a Madrid para estudiar, no cuenta con el respaldo de su familia. Sus padres tienen aún niños pequeños y ella ha aprendido a valerse por sí misma. Pese a todo, posee una seguridad en sí misma y grandes aspiraciones para el futuro. Juntos anhelan construir un hogar donde puedan apoyarse y forjar su camino.
Marta recuerda a menudo lo complicados que fueron los tiempos tras el divorcio, cómo se esforzó por brindarle a Javier una vida mejor. Pero ahora que él intenta edificar su propia vida, siente que ella no comprende sus anhelos y sueños. “Quiero que entienda que deseo ser feliz, que anhelo formar una familia y que Lucía es la clave de mi dicha.”
Cada día, Javier busca una solución, un modo para que él y su madre puedan alcanzar un entendimiento. “No quiero dejarla desamparada, pero necesito seguir mi corazón”, señala con determinación. Junto a Lucía, planea un futuro en que puedan apoyarse mutuamente y crear una familia fuerte.
Su vida se encuentra ahora en un cruce de caminos, y debe tomar una decisión difícil. Quiere que su madre comprenda que su felicidad es importante para él, pero que también debe pensar en su propio bienestar y futuro. Lucía es su todo, y anhela que Marta acepte este hecho para poder construir la vida con la que siempre ha soñado.
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